La próxima COP30 de la CMNUCC en Belém, Brasil, podría marcar un momento decisivo para integrar las acciones sobre el cambio climático y la pérdida de biodiversidad a través de la Adaptación Basada en Ecosistemas (AbE), un enfoque ampliamente reconocido bajo el paraguas de las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN). Esta integración ofrece una vía estratégica para abordar los desafíos interrelacionados y los riesgos ecológicos que presentan tanto el cambio climático como la pérdida de biodiversidad. Con el foco puesto en la COP de la CMNUCC, la Presidencia brasileña de la COP30 tiene una oportunidad única de mostrar cómo las SbN y la AbE pueden impulsar los esfuerzos globales hacia una adaptación sostenible y efectiva, y fortalecer la cohesión entre dos importantes agendas ambientales globales: el Acuerdo de París y el Marco Mundial para la Diversidad Biológica.
Belém, como ciudad anfitriona de la COP30, está dando ejemplo en la promoción de la acción climática a través de una planificación urbana estratégica que integra la resiliencia y la preservación de la biodiversidad. La ciudad es pionera en un análisis de riesgo climático y vulnerabilidad junto con un diagnóstico de servicios ecosistémicos, que juntos forman un enfoque integral para incorporar la resiliencia y la biodiversidad en el desarrollo urbano. Esta iniciativa destaca el papel fundamental que desempeñan los gobiernos locales a la hora de abordar los desafíos relacionados con el clima y muestra el compromiso de Belém con el desarrollo urbano sostenible. Al alinear la planificación urbana con las consideraciones ecológicas, Belém sienta un precedente para que las ciudades de todo el mundo incorporen estrategias basadas en la naturaleza que mejoren la resiliencia y protejan la biodiversidad.
Las SbN y la AbE se reconocen como enfoques eficaces para la resiliencia climática. Estas estrategias aprovechan el poder de los ecosistemas para mitigar los impactos climáticos y, al mismo tiempo, producen otros resultados positivos, como proteger a las comunidades vulnerables de fenómenos meteorológicos extremos, crear oportunidades de subsistencia o promover la conservación de la biodiversidad. Los avances recientes en materia de SbN y AbE destacan su potencial para generar beneficios múltiples sustanciales. Por ejemplo, las iniciativas locales en Brasil se centran en la reforestación y la restauración de humedales, que no solo capturan carbono sino que también mejoran la biodiversidad y la salud de los ecosistemas. La integración de estas soluciones en los marcos nacionales y mundiales es crucial para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.
La adaptación implica ajustar los sistemas ecológicos, sociales y económicos para reducir la vulnerabilidad a los impactos climáticos y, por lo tanto, es un componente fundamental para integrar las medidas en materia de clima y biodiversidad, así como para catalizar la resiliencia climática. La adaptación y la resiliencia están intrínsecamente vinculadas. Al reducir la vulnerabilidad de los ecosistemas y las comunidades a los factores de estrés ambiental, aumenta la capacidad de resistir y recuperarse de manera más eficiente. Por lo tanto, la adaptación genera y fortalece la resiliencia climática, y no solo reduce la vulnerabilidad.
Las comunidades locales y los pueblos indígenas son socios esenciales en la implementación de iniciativas eficaces de SbN y AbE. Su conocimiento tradicional y la gestión de los recursos naturales pueden orientar el desarrollo de estrategias adaptativas que no solo sean ecológicamente eficaces, sino que también estén alineadas cultural y éticamente. En Brasil, la celebración de la COP30 en una región rica en culturas indígenas destaca la importancia de incluir estas voces en las estrategias climáticas globales. Su participación promueve la justicia ecológica y social. Las comunidades indígenas han estado durante mucho tiempo a la vanguardia de la acción climática, empleando prácticas de gestión sostenible de la tierra que contribuyen tanto a la mitigación del cambio climático como a la conservación de la biodiversidad. Empoderar a estas comunidades a través de una gobernanza inclusiva y mecanismos de distribución equitativa de beneficios es crucial para obtener resultados efectivos y sostenibles.
Los gobiernos también desempeñan un papel fundamental en la incorporación de estrategias de adaptación en sus Planes Nacionales de Adaptación (PNA) y Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), y, por supuesto, son esenciales en la implementación de políticas. Por lo tanto, la participación gubernamental es crucial en la COP30. Sin embargo, considerando que una fracción de los 195 países parte, menos de 10%, han presentado sus NDC hasta ahora, el éxito de la conferencia está bajo una amenaza significativa. Establecer objetivos ambiciosos y mensurables y alinear las políticas nacionales con los marcos globales es crucial para una implementación efectiva. Si bien la aprobación legislativa es esencial, la participación del sector privado es necesaria. La innovación y el poder financiero del sector privado han demostrado ser importantes para impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y al invertir, por ejemplo, en infraestructura verde y adoptar prácticas sostenibles que mejoren los servicios ecosistémicos, podemos allanar el camino para una resiliencia climática más efectiva y eficiente.
La COP30 ofrece una plataforma para mostrar proyectos exitosos de SbN y AbE de todo el mundo, mediante el intercambio de conocimientos y la facilitación de mesas redondas, talleres y presentaciones; los pabellones de los países pueden mostrar sus éxitos y mejores prácticas. Teniendo en cuenta la rica biodiversidad y los abundantes recursos naturales de la región y su proactividad en el aprovechamiento de los conocimientos tradicionales y las mejores prácticas para mitigar los desafíos climáticos, los países latinoamericanos tendrán la oportunidad de liderar el camino en la promoción de enfoques basados en la naturaleza.
A medida que se acerca la COP30, el llamado a la acción es claro: integrar los objetivos climáticos y de biodiversidad a través de estrategias sólidas de SbN y AbE. Al hacerlo, podemos mejorar la resiliencia global, salvaguardar la biodiversidad y lograr una transición justa. El momento de actuar es ahora, y la COP30 ofrece una oportunidad única para establecer una agenda transformadora que priorice la naturaleza como solución a nuestros desafíos más urgentes. A través de la acción colectiva y la responsabilidad compartida, podemos allanar el camino hacia un futuro en el que los objetivos climáticos y de biodiversidad no solo estén alineados, sino que se refuercen mutuamente.